CONCLUSIONES


-  El mapeo de flujo de valor (VSM) es, a día de hoy, reconocida como la principal técnica o herramienta  utilizada en la transición hacia los sistemas lean. Esto se explica por su facilidad de uso, y su capacidad para permitir identificar de manera sistemática los diferentes tipos de muda o desperdicios. 

- La implementación del VSM carece de sentido si las oportunidades de mejora reconocidas no se traducen en un plan de acción que abarque las tareas a desarrollar para mejorar los procesos. La herramienta en sí misma no constituye un mecanismo de mejora.   

- El uso de la herramienta del VSM en las empresas de la industria colombiana está supeditada a su susceptibilidad individual a las barreras que impone la logística nacional a la implantación de la filosofía lean, y a características propias de la organización que también pueden erigirse como obstáculos.

- Los supuestos en los que se fundamenta el VSM (operativa tipo pull, tiempos de ciclo y rutas constantes,…) impiden que la herramienta pueda, de por sí, ser juzgada como robusta; y son los mismos los que han fijado los retos futuros para su desarrollo.